Cultivar cannabis no es una tarea sencilla. Para solucionar a tiempo cualquiera de los problemas que se pueden presentar, es fundamental saber reconocer qué lo está causando. Para ello describiremos algunos inconvenientes, los más frecuentes, que pueden surgir a la hora de cultivar.
1- Falta de riego: Si la planta se ve mustia, con hojas débiles y pequeñas, o no crece mucho y el sustrato se endurece demasiado, son claros indicios de riego insuficientes.
En este caso, se debe regar con abundante agua. Un buen truco es mezclar el agua con un poco de jabón, así la tierra la absorberá mejor y tardará más tiempo en perderla.
Debes tener en cuenta que un sustrato seco puede hacer que las raíces del cannabis sufran y mueran.Por eso, ante la presencia de un sustrato muy compacto, haremos agujeros con un lápiz en diagonal, a unos 45º aproximadamente, permitiendo al agua penetrar hasta el fondo y no encharcarse en la superficie.
Exceso de riego: También puede suceder justo lo contrario, que el riego sea demasiado. En este caso, la planta presentara verdina y moho, además de un tallo blando en la base. El exceso de agua impide el ingreso de oxigeno y provoca la muerte de la raíces, primero, y de toda la planta, después. Para solucionar este problema, se aconseja comenzar por aumentar el tiempo entre riegos y, en caso de que el tallo ya se encuentre blando, se debe airear la tierra para eliminar los hongos.
Falta de luz: Un pista clara de que la planta está recibiendo poca luz es el crecimiento a lo largo. La planta se estira mucho buscando la luz. El problema de estas plantas es que tienen cogollos de muy pequeño tamaño. Además, los tallos suelen quebrarse y el porcentaje de machos es mucho mayor.
En caso de cultivo interior, la solución es clara: aumentar el número de lúmenes. Si es cultivo exterior, se aconseja mover la planta a un lugar orientado hacia el sur, así recibirá más horas de luz. También sirve darle altura a la planta, ya sea con un masetero o, si es posible, subiédola al techo.
Exceso de abono: Cuando la planta adquiere un color verde oscuro, las hojas se curvan hacia abajo y se queman en las puntas, seguramente se deba a un exceso de abono. La única manera de solucionarlo es lavando la tierra y luego abonar de manera más espaciada y con la mitad de dosis.
Falta de abono: Cuando el abonado es insuficiente , las plantas adquiere un color verde muy claro y la hojas mas viejas se tornan amarillentas. El crecimiento es muy lento y los cogollos no crecen o son muy pequeños.
Para remediarlo, fertiliza con un abono rico en micronutrientes una vez cada dos semanas, muy diluido y con la mitad de la dosis indicada.