En los estratos de la realidad
Apreciaciones del viaje extático
En este artículo se propone aceptar a la planta madre de tanta inspiración y devoción dentro del selecto paquete de plantas maestras. Hay un consenso general, en el ámbito del culto y del consumo, en las proximidades de la etnobotánica (ciencia y rama de la antropología que estudia las relaciones de las plantas en el seno de las culturas y la cosmovisión de una tribu) de reconocer a la ayahuasca, al peyote y a los hongos, además de la ruda de siria y hasta las daturas (floripondio, estramonio, “dama de la noite”, etc.) como “transportadores” naturales. Sin embargo, la marihuana se ha mantenido del otro lado del umbral, como una droga recreativa, como un euforizante menor.
El hecho de ser considerada una sustancia manejable, que no llega a ser del todo pscidélica ni a arrebatar a su usuario de la realidad circundante, la convierte en una especie de “alucinógeno doméstico”.
Cuando se fuma, el control de la dosis, es casi perfecto aunque se trata de una administración poco recomendable para los pulmones y el aparato respiratorio en general.