Los cultivos que se llevan a cabo en el exterior están más expuestos a las plagas, los hongos y los demás males que suelen azotar las cosechas a estas alturas del año. Una buena forma de tener todo esto controlado es abonar adecuadamente las plantas. Estar sanas y fuertes las hace más resistentes a las dificultades ambientales, igual que las personas que llevan una buena alimentación. En muchos casos, la debilidad de las plantas facilita la aparición de plagas y otros problemas. Los cultivos de exterior están más desamparados, y siempre serán más frágiles, por eso el abono adecuado es fundamental tanto en su crecimiento como en su floración, para favorecer el rendimiento de la cosecha.

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