Los cultivos que se llevan a cabo en el exterior están más expuestos a las plagas, los hongos y los demás males que suelen azotar las cosechas a estas alturas del año. Una buena forma de tener todo esto controlado es abonar adecuadamente las plantas. Estar sanas y fuertes las hace más resistentes a las dificultades ambientales, igual que las personas que llevan una buena alimentación. En muchos casos, la debilidad de las plantas facilita la aparición de plagas y otros problemas. Los cultivos de exterior están más desamparados, y siempre serán más frágiles, por eso el abono adecuado es fundamental tanto en su crecimiento como en su floración, para favorecer el rendimiento de la cosecha.

Existen todo tipo de abonos y métodos para abonar disponibles en las tiendas especializadas. Cada uno elegirá en función de sus plantas y de su criterio. Personalmente, siempre prefiero aquellas opciones que no incluyan agentes químicos. Los abonos basados en guano son sencillos y eficaces, fáciles de encontrar y no demasiado costosos. Diversas marcas los fabrican y es aconsejable optar por aquellos que vienen enriquecidos por otros nutrientes orgánicos y minerales, como bacterias y enzimas.

Definición de guano (RAE): materia orgánica en descomposición, principalmente excrementos animales.

Siempre deben usarse dos tipos de abono a lo largo de la vida de la planta: uno durante el crecimiento y otro durante la floración. Durante el crecimiento el abono las ayuda en el buen desarrollo de sus raíces y en su expansión y espesor. Después, el abono de floración ayuda a que tengan vigor y salud para que sean más productivas. Además estimulan y activan su sistema inmunológico, haciéndolas más resistentes a las amenazas ambientales. Es contraproducente usar el abono de crecimiento durante el periodo de floración, y viceversa. Los productos específicos están preparados para estimular el sistema de las plantas en función de su ciclo.

La mayoría de los abonos orgánicos son líquidos. Habitualmente vendrán en frascos de litro, y se aplica diluyendo una proporción en el agua de riego, o bien de forma foliar. La proporción es importante (cada marca indica su proporción en el frasco, ejemplo: 10ml por litro de agua, así como la frecuencia de uso), excederse en las proporciones o en la frecuencia, al igual que con el riego, también puede debilitar la planta, y si está débil enfermará o será atacada por plagas con más facilidad. Es importante seguir adecuadamente las reglas para el uso del abono.

Un fertilizante orgánico puede variar mucho en el precio, pero los que están entre los diez y los doce euros el frasco son más que suficientes. La marca Bachumus, por ejemplo, fabrica un abono muy asequible y eficaz para ser usado tanto en interior como en exterior, y sólo emplea componentes orgánicos.

Un frasco de litro durará en función de las plantas que uno tenga. Suponiendo que uno sólo tiene tres plantas, un frasco de litro le durará más de lo que le va durar la cosecha (aproximadamente media botella). El abono que sobre le valdrá para el año que viene si lo guarda bien cerrado, en un lugar oscuro y seco. Es importante que no le toque el sol (ni al abono, ni a los insecticidas ni a ningún otro producto). El calor del sol agria, fermenta y estropea el producto, igual que hace con un frasco de colonia o con una botella de vino. Antes de usar el abono del año anterior, es importante verificar que sigue en buen estado, porque aplicarle productos pasados puede debilitar o enfermar las plantas.

A parte del abono específico que se aplica en el agua de riego, una parte importante de la buena alimentación de la planta procede de la tierra. Elegir una tierra enriquecida con nutrientes es fundamental para la salud de la cosecha, y les proporciona a las plantas una fuerte base de crecimiento. En las tiendas especializadas se puede adquirir tierra de varios tipos. La tierra de coco es rica en nutrientes y es muy asequible. Se puede encontrar deshidratada en forma de bloques rectangulares, que pueden costar entre uno y dos euros cada uno. Cada ladrillo debe ser luego hidratado con tres litros de agua, y se expande para proporcionar nueve litros de sustrato. La tierra de coco también puede encontrarse sin deshidratar, en saco, y cada marca la condimenta con unos u otros componentes. La tierra sin deshidratar es un poco más costosa, pero igual de efectiva.

Se llenará el tiesto con tierra de coco, si la planta va a estar en uno, y se cavará un agujero en la tierra, creando así un tiesto natural, para llenarlo con tierra de coco, si la planta va a estar directamente en el suelo.

Los cultivos de exterior siempre estarán expuestos a más riesgos, por eso es importante fortalecer y nutrir las plantas. Elegir una buena tierra, un buen abono, llevar un buen cálculo de las proporciones… Con un sistema inmune fuerte sobrevivirán a más calamidades que si están débiles y enfermizas. Las variedades más delicadas necesitarán más cuidados, y lo más adecuado es compaginar un buen abonado con otros cuidados preventivos. Por sanas y lozanas que estén las plantas, en el exterior siempre encontraremos alguna oruga, alguna mosca blanca de las que siempre visitan las cosechas, y será necesario echar mano de otros productos para combatir esas plagas. Algunos de esos productos llevan agentes químicos, y tienen un efecto agresivo tanto en la amenaza que queremos eliminar, como en las propias plantas, que lo resistirán mejor todo si están debidamente alimentadas y equilibradas.