Drenaje del cultivo de marihuana
En el crecimiento del cannabis, todo es importante. Pero en el caso de cultivo en maceta el drenaje de la tierra es esencial, y muy sencillo (y barato) de controlar. Lo principal es tener cuidado de que no se acumule agua en la maceta para evitar ahogar las raíces y poner en peligro la vida de la planta, y para mantener lejos las plagas de hongos que atacan el sistema radicular de la misma.
Las macetas o contenedores que vayamos a utilizar en nuestro cultivo, deben tener siempre agujeros en el fondo que permitan que el agua sobrante fluya. Por experiencia, cuantos más agujeros mejor (sin mermar la resistencia del contenedor, no vaya a ser que se nos rompa). Un buen truco para realizar más agujeros en los contenedores de plástico es la de calentar al rojo vivo un palo de hierro o un clavo gordo e ir creando orificios derritiendo el plástico. No hagáis los agujeros excesivamente grandes. Debe pasar el agua, pero no debemos hacer que la tierra se vaya escapando poco a poco en cada riego. Usar arlita o piedras en la base de la maceta facilita el drenaje y evita que la tierra se escape por los agujeros, evita también que la tierra esté permanentemente empapada de agua que se pueda acumular en el plato, y mantiene un cierto grado de humedad que será absorbida por la planta cuando la tierra se esté secando. Por estas razones, el uso de material de este tipo en el fondo de la maceta es imprescindible.
Si usamos bandejas o platos para recoger el agua que se drena, es aconsejable que el agua no toque directamente el contenedor para evitar problemas de podredumbre de raíces. Podemos usar calzas o tacos de madera para levantar la maceta sobre el plato.
Si observamos que el agua se escapa demasiado rápido por los orificios de drenaje cuando regamos, podemos taponar estos agujeros con un poco de algodón o de papel de periódico. Conseguiremos que el drenaje se realize más lentamente. Eso sí, estaremos atentos por si obstruimos los agujeros y el agua se queda dentro del recipiente.