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Cultiva.me | Cultiva tu marihuana!!    
 

Cuando el momento de la cosecha no depende de la planta…

El momento adecuado de la cosecha, es siempre tema de polémica entre los cultivadores de marihuana. Realmente no hay un día específico para cosechar la planta entera, ya que lo normal es que los cogollos de la parte superior alcancen su punto álgido antes que los de las ramas inferiores. Lo habitual es cortar la planta entera, pero también se puede hacer una selección más específica cosechando primero los cogollos que maduren antes, y dejando algunos días más para que los más retrasados terminen su floración. Pero no siempre es la planta la que dicta el momento de su recogida…

En exterior hay veces que el momento no depende de cuando la planta está lista, si no del peligro que supone que se contagie con hongos, que la roben los amigos de lo ajeno (esos ladronzuelos que se aprovechan del esfuerzo de otro), o que la descubra la policía y comprometa al cultivador si se encuentra en un país con leyes restrictivas sobre el cultivo de cannabis. Otro peligro importante es la meteorología de la zona en la época de recolección. Una primera helada en climas fríos, aunque suave, puede afectar negativamente al desarrollo de la planta. En el caso de heladas fuertes, nuestra plantación puede irse directamente al carajo. En este caso lo que obtendremos será una buena cosecha de espinacas o acelgas codidas, porque es el sabor que van a tener esas plantas.

Continuando con este tema, indicar que en los climas húmedos hemos de tener mucho cuidado con los hongos y el moho. Estas enfermedades, que pueden arruinar rápidamente nuestra cosecha, deben hacernos previsores y grandes observadores de nuestro cultivo. Al más mínimo indicio de moho en la planta, hay que cosechar inmediatamente. Las partes afectadas debemos tirarlas directamente a la basura. Fumar hierba que esté afectada por el moho gris puede ser muy perjudicial para nuestra salud. Acordaros de los capítulos del Dr. House, y todas esas enfermedades tan raras… (y de la Dr. Cuddy y de Cameron) 😉

Si vuestro cultivo es un cultivo de guerrilla, y está cerca (¡¡e incluso dentro!!) de los campos de los agricultores, tened controlada la temporada de recolección, y adelantaros en la recogida de vuestras plantas. Tened cuidado también con las temporadas de caza si habéis plantado en la montaña o en lugares cercanos a cotos de caza. Además del peligro que supone que avisen a la policía en los países donde está prohibido el cultivo de marihuana, o que nos roben o se carguen las plantas, ¡¡seguro que no queréis volver con las manos vacías y el culo lleno de perdigones!!

 

hermoso cogollo de cannabis con mucha resina bonita punta de una planta de marihuana con un poderoso cogollo repleto de THC

 

Viento. Como evitar que las ramas con cogollos se partan.

En exterior, el viento fuerte es uno de los principales enemigos de las plantas. Cuando las plantas están cargadas de cogollos, las ramas se encuentran con un peso varias veces superior al que tendrían sólo con hojas y pueden romperse fácilmente con un fuerte viento. Además de este riesgo, un viento continuado seca las hojas y hace que necesiten mayores cantidades de agua para contrarrestar este efecto.

En el sur de España se da un fenómeno especial llamado calima, que consiste en arenisca procedente de las zonas más áridas mezclada con viento salino del mediterráneo. Este tipo de viento es especialmente dañino para las plantas. Provoca que se resequen las hojas y que el cannabis sufra estrés hídrico, mermando su desarrollo y su futura produccion de THC. En el caso de cultivar marihuana en zonas donde se presente este tipo de vientos, debemos proteger nuestro cultivo con cortavientos. Una pared, un muro, un seto, una estructura de madera… cualquier barrera rígida puede servir para proteger las plantas de los vientos intensos. Y si este está cargado de arena y partículas, es muy recomendable lavar las hojas con agua después de días de viento fuerte o racheado.

Ante este tipo de inclemencia climatológica, las plantas tienen sus propios mecanismos de defensa. Uno de ellos es el de trasladar una mayor cantidad de humedad de las raíces a las hojas. Este mecanismo defensivo les permite regular su temperatura y su química interna. Esta es la razón por la que unas plantas expuestas a vientos frecuentes y a pleno sol necesiten mucha más agua que si estuviesen en un entorno protegido, o cultivadas en interior.

Otro mecanismo de defensa para aguantar los embates del viento es el de producir mayor cantidad de celulosa en el tallo, y obtener un tronco mucho más ancho y robusto. Esto se debe a que el movimiento oscilante del tallo respeto a la base hace que la planta genere mucha más glucosa, cuyo exceso termina siendo transformado en celulosa, uno de los material de los que está compuesto el tallo.

Para lograr que la planta sea más resistente ante estos contratiempos, debemos acostumbrar a nuestros ejemplares desde pequeños a que sufran el efecto del viento. Siempre con sentido común, debemos ir quitando poco a poco las protecciones que frente al viento podamos haber instalado en nuestro jardín. Durante el crecimiento vegetativo, mediante la acción del viento conseguiremos una planta con un tallo y unas ramas robustas, que aguantará mucho mejor el peso de los cogollos mientras llega el momento de la cosecha. Después, lo ideal sería que en la fase de floración, mientras se forman los cogollos, la planta no tuviera que gastar energías en la producción de almidones complejos y celulosa para reforzar su estructura. Podemos en este momento volver a proteger con cortavientos si tenemos esta posibilidad.

Hay que estar siempre informado de la situación del tiempo y de las predicciones meteorológicas para tener controlado nuestro vergel y evitarnos posibles disgustos. Si conocemos que se van a presentar días de fuerte viento, deberemos proteger nuestras plantas. El viento flojo y moderado es bueno cuando están creciendo, pero el viento fuerte siempre es dañino. Puede dejar el follaje de la planta plagado de hojas secas y rasgadas, que afectarán al crecimiento de la planta y a su producción (y que pueden ser la vía de entrada de posibles enfermedades y servir de atracción a plagas de insectos amantes de las plantas debilitadas).

Si las plantas están en una fase de floración avanzada y esperas vientos intensos en la zona, te aconsejo atar las ramas al tallo con cuerda fina, cuidando de que las cuerdas rocen lo menos posibles los cogollos. Esta también es una buena opción si crees que va a llover con intensidad, ya que los cogollos tienden a absorber mucha humedad y prococan de esta forma que aumente drásticamente su peso. Si temes de que el tallo se pueda partir por el peso de tu planta o por la fuerza del viento, puedes intentar atarlo con cuerda o alambre fino a algún soporte. La mejor opción es copiar la técnica de sujección de las antenas de televisión de los edificios, o de las tiendas de campaña. Tres cuerdas por ejemplo, en forma de triángulo, que vayan bien tensadas desde la parte media o superior del tallo al suelo, serán un perfecto refuerzo que evitarán que el tallo se rompa o que la planta sea tumbada de raíz por los embates del viento.

Lo único bueno del viento fuerte: ¡Los bichos lo odian! Si tienes una plaga, el viento fuerte y la lluvia con bajas temperaturas pueden convertirse en tu aliado y ofrecer incluso mejores resultados que un buen insecticida.