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Como detectar los ácaros y la araña roja

En nuestro cultivos, bien sea de exterior o interior, siempre tenemos el riesgo de sufrir plagas de araña roja. La araña roja es en realidad un ácaro que se encuentra en climas cálidos y suaves. En el caso de España la araña roja prolifera a sus anchas en la zona mediterránea y en el sur. El calor es su aliado, por lo que en climas cálidos debemos ser estar especialmente alerta. Estas características son comunes a los ácaros de este tipo, ¡así que atentos!

Uno de los primeros síntomas de que nuestras plantas están siendo atacadas por los ácaros, son unos pequeños y marcados puntos amarillos o blancos en las hojas. Los thrips también producen unas picaduras similares, pero en el caso de los ácaros el color de las marcas le dan a las hojas un aspecto de desgaste característico. La hojas acaban amarilleando, excepto los nervios, ocasionando daños para los que no hay marcha atrás.

Los ácaros se alimentan de las células de las hojas. Lo que provocan es que mermen los nutrientes y se reduzca la cosecha al tener que estar la planta luchando contra la plaga e intentando regenerarse, mientras que la superficie para realizar la fotosíntesis disminuye debido a los daños irreversibles que ocasionan en las hojas.

No los encontraremos normalmente en el tallo ni en las ramas, si no que suelen estar en el envés de las hojas. Una forma sencilla de detectarlos es dándole la vuelta a las hojas y fijándonos en todos aquellos puntos que tengan un color diferente al de la planta, aunque parezcan motas de polvo, tierra  o granos de arena. Si tenemos una buena vista, o audándonos de una lupa, podemos ver como se desplazan a lo largo de la parte inferior de la hoja. También podemos observar sus huevos, de color pálido o incluso translúcidos, también de un tamaño diminuto.

Debemos realizar una tarea de inspección a fondo regularmente. Mi consejo es que sea diaria si es posible, sobre todo en cultivo de interior. En interior, al no tener cerca a los depredadores naturales, cualquier plaga se convierte en un problema de alto riesgo. En la inspección hay que mirar siempre la parte inferior de las hojas, problemas en las puntas de las mismas, y color general de la planta. Unas hojas que estén erguidas e incluso empinadas como si tratasen de buscar aún más luz es síntoma inequívoco de que la planta está sana (que no significa que esté libre de ácaros).

Cuando la plaga se torna un mal prácticamente sin remedio, lo sabremos por ver las redes que las arañas forman alrededor de hojas y cogollos. De repente la planta se verá envuelta en estas redes, incrementándose a cada instante la población de ácaros gracias a su prolífica naturaleza y a que cuelgan los huevos de estas redes. Una vez están dispuestas a colonizar otra planta, su táctica suele ser la de juntarse en la punta de una hoja o de un cogollo, para posteriormente lanzar redes y exploradores hacia la planta objetivo. Para que esto llegue a darse, antes se habrán asegurado de haber dominado totalmente la planta. Así que debemos actuar con rapidez, incluso llegando a sacrificar alguno de los ejemplares más afectados si no podemos llegar a controlar la plaga. Para más info podéis leer el post de los insectos chupadores y el de la prevención.

 

 

hoja atacada por araña roja

telas de la araña roja

 

Plagas. Insectos chupadores.

Las hojas de nuestra maría tienen unas marcas en hojas. ¿Qué puede estar pasando? Lo normal es que estas marcas hayan sido producidas por insectos chupadores, que se alimentan de la salvia de la planta de marihuana. Las marcas que dejan suelen ser circulares, y no llegan a atravesar la hoja. Es en este momento es cuando deben ser combatidos antes de que se conviertan en una verdadera plaga. Como siempre, recomendamos desde el inicio del cultivo una buena prevención, porque con ella vamos a evitar muchos dolores de cabeza. Insectos, hongos, moho, orugas… Diversas plagas que pueden arruinar nuestra cosecha si no ponemos los medios necesarios para su control  y erradicación.

En este caso vamos a hablar de los insectos chupadores. Dentro de esta categoría, se encuentran gran variedad de especies. Cada una de ellas llega de forma diferente a nuestras plantas de marihuana. Entre las especies más comunes que afectan al cannabis, podemos encontrarnos a los omnipresentes trips y a la mosca blanca, ambos con alas, y a los prolíficos pulgones, que pueden llegar a nuestra cosecha gracias al viento, o en ocasiones a la ayuda de otro tipo de insectos como son las hormigas. Para estas últimas, que forman sociedades completas y colonias numerosas donde cada individuo tiene su cometido, los pulgones son como para nosotros el ganado. Ellas mismas se encargan a veces de transportarlos hasta nuestras plantas, para después recoger y almacenar la oscura melaza que excretan los pulgones. Ojo, que esto no significa que tengamos que cargarnos a las hormigas que pululan por nuestro jardin. Estas realizan una asombrosa labor de recogida de restos orgánicos que mantendrán nuestro jardín limpio y sano. Sólo debemos pasar a la acción con plaguicidas ecológicos si observamos la presencia de pulgones. El jabón potásico es una buena opción. Mientras tanto, usaremos métodos de prevención.

Las moscas blancas son comunes en zonas de cultivo y en climas cálidos. No son excesivamente perjudiciales, y nuestras plantas podrán crecer sin demasiados daños hasta el final. Podemos combatirlas con bandas de pegamento de color amarillo, de venta en cualquier tienda especializada, con agua con jabón y con jabón potásico. El agua siempre bien fría cuando combatamos a todo este tipo de insectos. La odian.

Los trips prefieren las hojas más débiles de la planta, y a veces los cogollos. En los peores casos vuelven marrones a las hojas y llenas de puntitos. Un buen remedio es el jabón potásico o la rotenona. Esta última es un extracto de raíces de plantas tropicales. Tened cuidado, porque a pesar de ser ecológico, es fuerte hasta para nosotros. Aplicad siempre los insecticidas con protección de guantes y máscara a poder ser. Como los demás, también prefieren los climas cálidos.

Mención especial merece la temida araña roja. Pertenece al grupo de los ácaros, y son tan pequeñas que a menos que seamos cultivadores experimentados, pueden pasar fácilmente desapercibidas a nuestro control si no usamos una buena lupa o un pequeño microscopio. Para detectar rápidamente su presencia, si veis un pequeño punto rojo sobre la hoja en su parte inferior, suavemente apretadlo arrastrando con los dedos. Si deja una pequeña marca roja (sangre), ¡ya podéis pasar rápidamente a la acción! Tened en cuenta que esta especie prefiere los ambientes secos y cálidos. Dejan pequeñas marcas a modo de puntitos de color verde claro o amarillo. Si tenéis estas marcas en las hojas, dadle la vuelta a las misma y buscad los pequeños huevos de color claro. Si la situación es grave podremos observar pequeñas pero tupidas telarañas a lo largo de ramas y tallo. Si pulverizáis agua sobre la planta, podreis observar mejor estas telas de araña. El jabón potásico y la piretrina son buenos combatiendo estas peligrosas plagas.

Para descubir la presencia de estos insectos, y para controlar la plaga una vez esta se ha instaurado entre nuestros ejemplares, lo más importante es la contínua observación. Recordad que este tipo de insectos atacan primero a las plantas más débiles. Pero también se ven asaltadas en primer lugar aquellas que estén sobrefertilizadas y contengan un exceso de nitrógeno. Algunos seguro que os pasáis largos ratos mirando vuestras hermosas plantitas que parecen tener un aspecto  saludable. Bien. Os diré que mirándolas a una distancia mayor que un metro no vais a ser conscientes del verdadero estado de las mismas. Acercáos más. Observad bien de cerca las hojas. ¿Tienen marcas de algún tipo? Y ahora dadles la vuelta y mirad la parte inferior… ¿Observáis bolitas (huevos) redondas, de color amarillo, verdoso o marrón? ¿Y algún bichito? ¿Cuando os acercáis parecen salir volando decenas de puntitos blancos tan pequeños que casi ni se ven? ¡Premio! ¡Vuestras plantas están formando parte del banquete de estos bichos!

Proceden a quitad todos los huevos que podáis, siempre con sumo cuidado. No dañéis las hojas. Es muy aconsejable lavar las hojas con un par de esponjas húmedas, por la parte superior e inferior. Haced una especie de sandwich, con la hoja entre las dos esponjas, y apretando suavemente desde la base de la hoja hasta las puntas, aseguraos de recoger los posibles huevos e insectos que estén chupando la vida de vuestra mariguana. De esta forma estáis también retirando el polvo de las hojas, facilitando que la planta respire por el envés de las mismas. Además, usad un plaguicida adecuado según el tipo de insecto que tengáis. Preguntad en vuestro grow shop o a algún amigo más experimentado. Y usad siempre productos ecologicos, adecuados para unas plantas que después se van a consumir. Seguid las recomendaciones del fabricante, y evitad usar estos productos en las últimas dos semanas de la floración.

Para prevenir, una excelente opción es plantar al lado de nuestra marihuana especies como el cilantro, el anís, el ajo, cebollino, capuchinas y petunias. Son unos excelentes repelentes de este tipo de insectos, y nos ayudarán a prevenir estar posibles plagas. Y mucho cuidado en interior, ya que si se instala una horda de estos bichos, no tendremos a sus depredadores naturales como las mariquitas y los crisópodos para ayudarnos a combatirlos.

 

 araña roja, mosca blanca, ácaros, huevos en hoja de marihuana  hoja con marcas de trips y araña roja

 

Prevención

La prevención es la mejor opción siempre. Como dice un conocido refrán, "más vale prevenir que curar". Y nunca mejor dicho cuando estamos hablando de nuestras plantas. Antes de tener que combatir una plaga (si es que podemos), mucho mejor evitar el haber llegado a ese punto. Limpieza estricta, observación continua y la utilización de preventivos es lo mínimo que podemos hacer por nuestra marihuana.

Nosotros mismos junto con las herramientas que usamos diariamente podemos ser los portadores de bichos y enfermedades. Tenemos que adquirir los buenos hábitos de los médicos de lavarnos las manos y los utensilios antes y después de manipular nuestra plantación. Recordad que la forma mediante la cual se transmiten las enfermedades en las plantas es la misma que para los seres humanos. Si nos tocamos una herida con algo sucio, lo más fácil que puede pasar es que se infecte. En el caso de las plantas ocurre lo mismo. Si usamos las herramientas sin lavar, podemos transmitir enfermedades de unas plantas a otras.

Lo mejor para las herramientas es desinfectarlas siempre antes y después de usarlas con alcohol. El alcohol pica, ¿verdad? Eso quiere decir que lo mata todo. O al menos eso decía mi abuela. También se puede usar agua y jabón. Es lo que usamos cuando nos lavamos las manos antes de comer… ¿verdad? O deberíamos 😉

Si visitamos algún jardín de otros o alguna zona del nuestro que esté infectada, debemos evitar el pasearnos por el resto. Los huevos o los propios insectos fácilmente pueden haberse adherido a nuestra ropa, y usarnos como medio de transporte para llegar a plantas sanas. Nos darían las gracias si pudiesen. Mejor no darles la oportunidad. Un cambio de ropa y una buena ducha, y ya podemos ir corriendo a ver a las reinas de nuestro cultivo.

Sobre reutilizar la tierra en el caso de plantar en macetas existen muchas teorías. Realmente, si la tierra se ‘solea‘ (se deja al sol extendida en el suelo o dentro de una bolsa negra de plástico durante semanas), todo bicho u hongo viviente se cocerá y dejara de ser un problema cuando hagamos uso de nuevo de esta tierra. Pero tened cuidado. Si la tierra tiene gran cantidad de sales o de abonos, puede resultar fatal a la hora de plantar nuevos ejemplares dado que su debilidad en los inicios puede hacer que no aguanten el nivel de nutrientes o estos no sean los adecuados. Y en ese caso, ya podemos despedirnos de nuestro nuevo cultivo. Lo más seguro es usar tierra nueva. Pero si eres un cultivador experimentado, limpias la tierra al final del anterior cosecha con agua de lluvia o productos específicos y la soleas posteriormente, puedes ahorrarte un buen dinero si vuelves a usar la misma tierra que usaste anteriormente. Si eres un cultivador novel, ves a lo seguro y compra un nuevo sustrato.

En el caso de plantar en exterior, el tema de usar tierra nueva no tiene sentido. Lo que sí se puede hacer, sin embargo, es airearlo y cubrirlo con mantillo, para dejarlo en barbecho todo el invierno. Según los entendidos esta práctica te proporciona incluso una mejor tierra que cuando plantaste por primera vez.

Una muy buena opción es poner otras plantas junto con las de cannabis. El extracto de ortiga es fenomenal para mantener a los hongos a raya. Prueba a poner alguna ortiga en tu jardín. Los ajos son un tremendo repelente de insectos que evitarán que se acerquen a tus plantitas. Puedes plantar varios dientes de ajo a 1 centímetro de profundidad alrededor de tu chicas. Si trasplantas, llevalos junto con la marihuana al nuevo emplazamiento.

Por último, tened en cuenta que las enfermedades y los insectos atacan primero a las plantas débiles. Las fuertes crecen y se regeneran más rápido de lo que sus enemigos pueden afectarle. Además todas las plantas tienen sus propios mecanismos para combatir sus plagas, por lo que plantas fuertes y sanas indican su gran resistencia y su buen sistema inmunitario. Puede ocurrir que las plantas más débiles sean atacadas por plagas, y estas se hagan peligrosamente grandes. En ese caso las plantas sanas pueden verse comprometidas y no sean capaces de combatirlas. En esta situación, lo mejor es ‘prescindir’ de las débiles antes de que ocurra alguna catástrofe. Sí, prescindir. Cortarlas, aunque de pena. Como dice el título, Prevención. Muy importante.

 

hojas con el reverso lleno de huevos marihuana con telas de araña roja