El cultivo de marihuana de interior se está convirtiendo en una práctica cada vez más común entre la población. Las razones de ello son variadas. Muchos de los que la consumían de vez en cuando por alguna afección, les puede ser dificultoso localizar una fuente o no se atreven a salir a buscar a alguien que se las suministre.

Hay, por supuesto, un aspecto criminal de compra o venta de la hierba, dado que en muchos países, el cultivo de marihuana es tan ilegal como comprar, vender, o fumar, pero cada vez es algo que se puede hacer en la privacidad de su propia casa sin tener que tratar con alguien a quien no se conoce y que pudiera resultar peligroso.

La mejor razón para dedicarse al cultivo de la marihuana es el disfrute que usted tendrá de ver a esas diminutas semillas que recogió poco a poco brotar y convertirse en unas hermosas y exuberantes plantas de su hogar.

Aunque no ha tenido ninguna experiencia previa con el cultivo de plantas en su casa, usted puede tener una buena cosecha de la marihuana siguiendo unas sencillas instrucciones.

El crecimiento de una planta de marihuana implica cuatro pasos básicos:

1. Obtener las semillas: puede pedir a sus amigos para asegurarse de que se trate de hierbas de calidad conocida. Usted encontrará que mucha gente ya tiene una colección de semillas de una cierta clase y de seguro sus amigos le facilitarán algunas de ellas.
2. Germinar las semillas: usted puede dejar caer simplemente una semilla en la tierra húmeda, u optar por germinarlas, haciendo más seguro el proceso. Para germinar las semillas de marihuana, coloque un grupo de ellas entre unas toallas de papel húmedo, o en los poros de una esponja húmeda. Deja las toallas o esponja húmeda pero no empapada. Algunas semillas germinarán en 24 horas, mientras que otras pueden tardar varios días o incluso una semana.
3. Plantar los brotes: tan pronto como una semilla muestre grietas abiertas y comience a brotar, colóquela en un poco de tierra húmeda y espolvoree un poco de tierra sobre la parte superior de la misma.
4. Suministro de luz a las plantas: las luces fluorescentes son las mejores. Coloca las luces a unas dos pulgadas del suelo y, luego de que las plantas crezcan, continúa manteniendo las luces a la misma distancia.

Luego de un corto tiempo verás como crecerán unas bonitas plantas de marihuana.