Si queremos fabricar una cantidad considerable de hachís hemos de seguir unas pautas sencillas y previas a la cosecha de la planta de cannabis que ya hemos indicado en  Cómo obtener hachís en el manicurado de la marihuana. Una vez hemos podado la planta, la dejaremos secar y después congelaremos la marihuana de la que extraeremos el costo o hachís, manteniéndola como mínimo una hora en el congelador.

Recuerda que escogeremos las hojas resinosas (aquellas con una cantidad importante de tricomas que son los que tienen la resina rica en THC) que se encuentran en los recortes más cercanos a los cogollos. Con la congelación favorecemos la rotura de los tricomas en el proceso que  nos ayudará a separar la resina.

Podemos optar por el método que utiliza tamices o por el método húmedo que se lleva a cabo con agua.  Normalmente, el método húmedo da mayores rendimientos en la extracción de la resina y con ello se obtiene mejor hachís pero por el método seco el rendimiento tampoco es muy bajo en comparación con el húmedo. Con el método del raspado en la manicura se obtiene costo de menor calidad y con más impurezas.

En cuanto al tipo de planta de marihuana mejor para la obtención de hachís, como siempre, es aquella con mayor contenido en THC, es decir, las plantas hembra. Ahora bien, la variedad índica tiene las cabezas de los tricomas más grandes y será más fácil extraer la resina. También, hemos de tener en cuenta que si tenemos plantas de marihuana de cultivo de interior éstas retienen más resina que las de exterior dado que éstas últimas están expuestas al viento, polvo, lluvia lo que conlleva que parte de la resina se estropee o caiga.

Para realizar la extracción de resina con tamices las plantas han de estar, como ya hemos indicado, secas y frías. Se utilizarán preferentemente dos tamices, uno de tamaño de poro de 135-150 micras y el otro de unas 50-60 micras. Con el primer tamiz haremos una criba que filtrará los restos vegetales de mayor tamaño y dejará pasar al segundo tamiz las glándulas de resina (tricomas) y residuos más pequeños. Al cribar por el segundo tamiz se retendrán las glándulas maduras y de gran tamaño y pasarán las glándulas más pequeñas.

Para empezar con la criba, desmenuzaremos el follaje y los cogollos de marihuana sobre el tamíz y golpearemos éste ligeramente para hacer que las cabezas de resina pasen a través de los poros. Podemos ayudarnos de una tarjeta para mover suavemente el cannabis por todo el tamiz y conseguir que gran parte de la resina atraviese los poros. Después de hacer la criba por el segundo tamiz podemos recoger ya el polvo de resina para modelarlo y prensarlo en una pieza. Para hacer sencilla la recogida de nuestro producto resinoso o hachís es imprescindible realizar las cribas de modo que  la resina caiga finalmente sobre cristal o plástico.

Hemos de tener cuidado de no forzar el material a través del tamíz pues romperíamos las glándulas de resina y ésta quedaría adherida en el tamiz y materia vegetal y no podemos recuperarla. Obtendríamos un hachís verdoso de baja calidad. Además, el ambiente no ha de ser húmedo porque favorece la obturación de los poros de tamiz y humedece las plantas de cannabis secas, lo que evita la caída de la resina.

Por último, comentaros que podéis conseguir tamices o mallas de serigrafía del tamaño requerido en tiendas de arte y manualidades o tiendas de suministro para imprentas. El tamaño de los poros del tamíz frecuentemente vienen indicados en éste.