Marijuana, ajenjo y alcohol
Una variedad del “Hada Verde”
Para aquellos consumidores de marijuana que prefieran evitar los “daños colaterales” del humo, esta receta ritual, descrita a continuación, será una alternativa interesante.
En general, se aconseja esta bebida de marijuana, para no olvidar que el cannabis es un regalo del cielo y que puede consumirse en forma sana, sin perjuicio del aparato respiratorio como pasa con el humo que puede acarrear problemas serios, trastornos típicos de la costumbre de aspirar “el smog” por una vía destinada a transportar aire limpio.
En algunos países, la base psicoactiva de esta bebida de marijuana, es una mezcla de extracto de cannabis con absinto, donde el resultado, luego de añadirle agua fría y el terrón de azúcar empapado en la misma. Esta sería la variante “palomito”, llamada así porque al precipitar los alcaloides tienden a quedar de un color lechoso, perdiendo el verdor original.
A los efectos de obtener su poder psicoactivo puede tomarse este “trago especial” preparándolo de forma ligeramente diferente, sin el efecto frío y con un “toque” de fuego tras “incendiar” el terrón embebido en la bebida espirituosa. El “trago” tomará el sabor del almíbar.
El absinto es una receta con varias hierbas y cortezas maceradas en una solución de alcohol al 85%. La receta del llamado “Hada Verde” se potencia con la fuerza del cannabis y, en este caso, puede bastar con 5 gramos de buena hierba de la que se ha extraído su agente activo.
Si no se tiene “absinto” podrá recrearse el “Hada Verde” sin esta bebida permitida en España pero no en otros sitios, por lo que será posible tomar una variante que no esté carente del poder mágico del cannabis.
Algunas consideraciones a la hora de obtener el elixir
La receta necesita una elaboración minuciosa porque la extracción del THC con alcohol etílico requiere muchos cuidados ya que el vapor es inflamable y no se aconseja calentar el mismo con llama. Puede usarse una resistencia para calentar el alcohol o el whisky donde irá el material consistente en cogollos de marijuana.
El método casero menos riesgoso sigue siendo la maceración en alcohol por bastante tiempo. Se puede poner el material verde o curado en una botella con alcohol etílico, blanco, del que se puede beber. No sirve el alcohol industrial ni ningún otro solvente químico. Debe recordarse que mientras más desmenuzado esté el material vegetal más rápida será la extracción de su componente activo.
El trabajo de “sacado” del THC de la planta es materia de otro artículo, sin embargo, debe recordarse que esta bebida hecha a base de marijuana presenta algunas desventajas también. Como el efecto psicoactivo demora unos 40 minutos, es menester recordar, que la dosificación correcta, es decir, la graduación del “viaje”, es más difícil de controlar y esto puede llevar a deficiencias o excesos que se perciben cuando ya es tarde y la sustancia está dentro del cuerpo en cantidad insuficiente o dejando el “cóctel” demasiado potente.
Esta incertidumbre es común cuando recién se empieza a experimentar con la bebida, sobre todo por la gran variación de sensibilidad de las personas al psicoactivo. Será fácil que una “medida” de “Hada Verde” resulte más que suficiente para una persona y no cause efecto alguno en otras. En este sentido es que es más preciso y manejable el “humo”; pero el consumo por ingestión se aprende, se educa y se maneja finalmente muy bien sin los efectos colaterales del humo.
Otra alternativa que ofrece este proceso es la evaporación, para aquellos que no lo toleran, del 100% del alcohol, si así fuera necesario. La evaporación por calentamiento de la solución permite el graduado de esta cuestión para lo que se aconseja mezclar con agua.
Recuérdese que el alcohol con THC mezclado con agua tendrá dos puntos de ebullición diferentes de manera que a 60º (sesenta grados) estará evaporando alcohol. Esta temperatura se mantendrá en el recipiente (Puede hacerse en el horno microondas sin encender el grill) hasta que se haya evaporado todo el alcohol y recién entonces la temperatura aumentará hasta llegar a 100º, que es cuando hierve el agua, en su punto de ebullición normal (PE)
Deberá endulzarse posteriormente, de acuerdo a las opciones descritas en el ritual de la bebida cannabinoica en su relación con todo el acto de beber absinto.
El ritual
Una copa ha sido llenada en una tercera parte, se trata de la esencia del trago en sí, puede ser absinto propiamente dicho “catalizado” con el espíritu del cáñamo. El color es el clásico verde viridiam, un verde oscuro que a la luz se vuelve potente y encendido.
En ocasiones puede haber un grifo sobre la copa del que caerá un hilo de agua helada que baja por gravedad desde un recipiente con agua mineral con gas y mucho hielo. Sobre la copa se coloca una cucharilla calada. Sobre ésta, se colocará un terrón de azúcar, un cubito que irá justa bajo el “chorrito” de agua que bajará por el grifo al abrir la llave de paso.
Cuando el terrón se ha empapado, poco a poco empieza el goteo de la solución azucarada que baja de la espátula calada para precipitar los alcaloides presentes, a medida que la proporción de agua aumenta el cóctel va adquiriendo la lechosidad propia del “palomito” desapareciendo el verde y obteniendo un color blanquecino.
Finalmente se le agrega una pizca de anís y la cantidad de agua que se desee. Se estila tomar fuerte, el licor más tres partes iguales de agua; o suave, con hasta ocho partes de agua por una de absinto.
08/06/2010
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