El secado de marihuana es un proceso importante que hace que el THC cambie de su forma hidratada a su forma más psicoactiva: la seca o THC neutro. Se debe realizar en oscuridad y a una velocidad adecuada ya que, por una parte, la luz ultravioleta degrada el THC cuando el cannabis ya se ha podado y, por la otra, la velocidad no debe ser demasiado rápida para que ciertos componentes de la planta de marijuana (como los pigmentos) se degraden y no queden retenidos. Si el tiempo de secado es demasiado corto, nuestro cannabis no tendrá ese buen sabor… el humo será áspero y además la combustión no será buena.

Una cosecha pequeña se puede secar en una caja de cartón o de madera y la podemos guardar en un armario o una habitación desocupada con la parte superior abierta. Sólo tenemos que pasar una cuerdecita o hilo grueso (con ayuda de una aguja grande por ejemplo) de un lateral a otro, por la parte superior de la caja para crear nuestras cuerdas de tender mariguana. Podemos seleccionar cajas de gran altura para hacer varios pisos situando estas cuerdas de tender cannabis en la zona media y superior de la caja.  Cosechas de marihuana más grandes se pueden secar en alacenas, en estanterías montadas en habitaciones en oscuridad, etc. Podemos incluso utilizar tendederos de ropa y colgar ahí nuestras ramas, cubriéndolo todo con una tela o similar que impida que la luz llegue a la marijuana y degrade el THC.

La velocidad de secado se puede controlar con varios parámetros:

– Con la cantidad de hojas grandes y tallos cortados durante la manicura;  si hemos dejado los cogollos desnudos y muy expuestos al exterior, es decir, si hemos cortado muchas hojas, la mariguana se secará rápidamente y no habrá dado tiempo a que se degraden las sustancias que proporcionan el mal sabor a los porros . Sin embargo, si dejamos las hojitas pequeñas recortadas y alguna que otra estructura que retenga la humedad durante la manicura, el proceso de secado será un poco más lento y uniforme, lo que necesitamos para disfrutar después de un dulce sabor y aroma exquisito en los porros. Es por esto que se recomienda secar las plantas por ramas. Ahora bien, si no queremos esperar mucho al secado o si queremos ocupar el mínimo espacio, podemos dejar sólo lo que son los cogollos, sin ramitas y sueltos  pero con la precaución de mantener la caja algo más cerrada que si fueran ramas y dándoles la vuelta varias veces al día para evitar el moho y favorecer el secado uniforme.

– Con la temperatura y humedad ambiental en la zona de secado; la humedad debería estar alrededor del 50% (45-55%) y la temperatura entre 18-24ºC. Una humedad ambiental excesiva hace peligrar la cosecha marihuana pues retardaría demasiado el tiempo de secado y perderíamos sabor y aroma y, más importante aún,  si la ventilación no es adecuada el moho podría hacerse con el cogollo. Por el contrario, si la humedad es baja el proceso de secado puede ser demasiado rápido. La temperatura elevada, además, favorece el descenso de la humedad ambiental y si la temperatura es baja la humedad aumentará rápidamente. Como la temperatura y humedad influyen mucho en la velocidad y calidad del secado se recomienda controlarlos con un termómetro y un medidor de humedad ambiental.

Emplearemos ventiladores si vemos que la humedad es elevada , pero con la precaución de no orientarlos directamente al cogollo pues el tiempo de secado sería demasiado rápido en esas zonas.  El aparato de aire acondicionado es ideal para esto.

No debemos secar la marihuana en cuartos donde estemos cosechando ya que las condiciones ambientales necesarias para cada proceso son distintas y, además, se pueden propagar plagas de las plantas cortadas a las que están desarrollándose. Si se quiere hacer una cosecha grande y no se dispone del espacio necesario podemos cultivar la marihuana por etapas de modo que cuando una etapa esté seca la siguiente estará lista para cortar y poner a secar. También se pueden plantar al mismo tiempo planta de maduración rápida y plantas lentas para conseguir escalonar la cosecha del cannabis.

Dicho todo esto os preguntaréis ¿Cómo sabemos si el cogollo está seco o si se está secando demasiado rápido? Se recomienda un tiempo mínimo de secado de la mariguana de cinco días a una semana. Si el cogollo se está secando demasiado rápido sus puntas se harán quebradizas y se desharán con facilidad al presionarlas.

Transcurridos los días de secado se procederá a curar la marihuana (ver entrada La Cosecha IV: El curado)