Mística y cultura del cannabis
Luego de haber vivido en ambas puntas del fenómeno cannabis y de haber investigado con ahínco las raíces de sus encuentros y desencuentros con el ser humano, me atrevo a sugerir una educación de las sustancias del género, por un par de razones esenciales.
La primera pauta a favor de este interés es, en definitiva, el espíritu de la segunda y tiene que ver con una evolución universal de las formas de ser y concebir la vida. Una mística cultural de la hierba y un reclamo del paraíso olvidado.
La segunda, más específica, estaría garantizando la disolución gradual de la ignorancia colectiva e histérica que ha llevado a separar al individuo pensante de un grupo de seres vegetales aliados, potenciadores y depuradores del propio pensamiento.
La noción primera que tuve de la planta de marihuana, siendo todavía pequeño, se parece mucho a la que aun persiste en muchos hogares de la cultura dominante occidental y cristiana. Era una información tan parcial y cargada de “miedos infiltrados” que podría decirse arremetía contra sí misma. Era entonces una desinformación devastadora donde su sola mención acarreaba un sobrepeso semántico que no correspondía a la realidad y que, como toda patraña, traía tras de sí una estela de verdadero daño.
Pero la intuitiva sospecha de que esa prohibición custodiaba el secreto de un caudal cultural de dimensiones espirituales extraordinarias me llevó, a la edad de 25 años, a un acercamiento directo del expansivo poder implícito en el tetro-hidro-cannabinol.
Ante la ausencia de iniciadores calificados, educadores objetivos y conducción en tales menesteres debí dedicarme a un exhaustivo trabajo de recopilación y experimentación por tres vías diferentes.
Accedí a material científico, testimonios de su uso recreativo y chamánico, consulta a consumidores modernos y opiniones médicas y jurídicas.
Seguí también sus huellas por la historia, por la farmacopea vegetal de los pueblos asistiendo a cursos y atendiendo al aspecto químico y etnobotánico de la cultura cannabinoica.
Finalmente y en paralelo me llené experimentalmente de su concierto visionario, sensitivo, conocimiento empírico del lenguaje que desde hace miles de años protagonizan las plantas sagradas con el poder interpretativo del hombre.
Una vez más se intenta privar al ser de la sabiduría. Se prohíbe de nuevo la gnosis escondida dentro del fruto del conocimiento. Otra vez, el inquieto y ávido espíritu humano, rompe la contención injustificada y abusiva de la veda instaurada por el poder reinante, prohibición tan escabrosa como la moralidad hipócrita que propugna.
El ser no se asusta y al final se reencuentra con sus aliados.
04/20/2009
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04/23/2009
Este texto es tuyo?
04/24/2009
¡¡Claro l3utterfish!!
Es de nuestro buen amigo kcats28.
Saludos 😉
07/19/2009
legalicen la yerba sabor pino!
08/15/2010
[…] pero no en otros sitios, por lo que será posible tomar una variante que no esté carente del poder mágico del […]
08/30/2010
[…] refiero al “oscurantismo” del Medioevo. Y algo tenía que ver este sombreado con los oasis de marihuana que daban vida a los desiertos del […]
11/11/2010
me encanta la marihuana!!!!