El gobierno holandés anunció el último viernes que comenzará con la prohibición de comprar cannabis en los “coffee shops” a los turistas e impondrá restricciones a los clientes holandeses hacia fines del año 2011. Los Países Bajos son muy conocidos por tener uno de las políticas más liberales de Europa respecto a las drogas blandas, lo que ha hecho de sus tiendas de cannabis toda una atracción turística popular, particularmente en Amsterdam.

Respaldado por el partido de extrema derecha anti-inmigrante, del político Geert Wilders, el gobierno de coalición que llegó al poder el año pasado anunció planes para frenar el turismo de drogas como parte de un programa nacional para promover la salud y lucha contra la delincuencia.

“Para hacer frente a las molestias y la delincuencia asociada con las tiendas de café y el tráfico de drogas, la política de puertas abiertas de tiendas ha llegado al final”, escribió aquel médico holandés en una carta que llegó al Parlamento del país el viernes pasado.

Bajo las nuevas reglas, sólo los residentes holandeses podrán inscribirse como miembros de las tiendas de cannabis. Y los clientes holandeses tendrán que registrarse allí para que el gobierne conozca la cantidad que consumen por año y en  las tiendas habrá un cupo de sólo 1.500 miembros, según dijo un portavoz del ministerio de justicia.

En �msterdam, el lugar donde existen cerca de 220 tiendas de café, ya está en marcha el proceso de cierre de algunos de estos bares, dentro de la zona roja. Algunos funcionarios se han resistido a las medidas, diciendo que esto impulsará el comercio de drogas blandas en el metro. Sin embargo, algunos pueblos de la frontera holandesa ya han restringido la venta de marihuana a los extranjeros.