La polémica legalización
La postura de un consumidor consciente
El amigo del cáñamo tiene hoy varias responsabilidades respecto a la reivindicación y derecho de un sujeto de experimentar en su propio organismo la acción de plantas y valerse de las virtudes que éstas poseen para interaccionar con la mente humana.
Una de estas tareas comienza muy cerca de su persona ya que de inmediato empieza a notar una división social que antes no se percibía con tanta nitidez: Los que “curten” (consumidores) y los “caretas” (permanecen en el estado de conciencia ordinario siempre)
Los “caretas” son los que están contra las drogas sin saber qué son las drogas. Los que mejor se beben la sopa mitológica que el sistema cocina y reproduce en complicidad con los medios de comunicación, llamada también la educación de masas, para demonizar todo lo que ponga en peligro el arbitrario orden impuesto por los que mandan desde las sombras.
En este sentido es bueno dejar de ocultar algo que no es delito y que se quiere apuntar como “malo” desde la obsoleta histeria medieval, siempre reverberante entre los valores hipócritas de las clases altas menos intelectuales. La idea de acceder a estos “amigos” vegetales es algo que debe naturalizarse entre nuestros familiares para que desaparezca ese persistente miedo y síndrome de culpa que se queda adherido desde el ayer niño y medieval, una amenaza que flota en el aire, enrareciéndolo.
Entre las diversas posturas podemos destacar tres grupos:
1) Contrarios: Los que están decididamente en contra del toda aproximación a los psicoactivos.
2) Liberadores: Los que están abiertamente a favor de la legalización de las llamadas “drogas blandas” dentro de las que se encuentra el célebre cáñamo índico.
3) Cautos: Los que no se arriesgan a dar una opinión.
Los contrarios se resisten a admitir la evidencia de que la marihuana no mata las neuronas y que sirve para curar muchos males. Dan por hecho que el resultado (estado de conciencia nuevo) producido por un psicoactivo natural como el cannabis produce un daño en la percepción de la realidad.
Los contrarios pueden serlo por convicción, por lo general religiosos sin información científica, que siguen viendo a Satanás detrás de toda otra forma de visión que no sea la que la Iglesia reconoce como genuina revelación.
Pero se puede ser contrario por narcicismo y es, precisamente este tipo, el que echa mano de datos seudocientíficos para ahuyentar al hombre cuerdo, al macho blanco anglosajón y cristiano de los peligros de la brujería y de la pérdida del juicio. Pero sobre todo de esto último. El narcicismo se centra en el estado de conciencia presente y se cierra al siguiente paso. Es como un niño que quisiera establecerse en tercero de escuela para siempre.
También los liberadores pueden unirse a la causa “legalizadora” por intuición directa o convicción, por experiencia vivida, sin saber por qué le hace bien pero sintiendo que le hace bien. En este grupo hay también gente irresponsable que al no saber cómo es que sucede no sabe del manejo prudente de un poder que puede volverse en contra cuando hay ignorancia.
Pero el objetivo es llegar a conocimiento de la relación, poder escuchar en el cuerpo y en la mente su ”consejo”, incluso respecto a la prudencia y la ocasión de su mejor momento de administración.
Reconoceremos aquí que el argumento científico y racional de los audaces que la ponen a prueba desde ángulos impensados de la plástica mental llega a las alturas de la metafísica:
La comprensión del mundo es un complejo mental y estudiar este complejo mediante la forma que sea es estudiar el universo.
La parte de la población que no opina corresponde a los cautos que reconocen no tener suficientes datos para formarse un juicio al respecto. Pueden alegar esta razón diciendo que ha habido una interiorización suficiente en el tema o, de lo contrario, que no se dispone de todo lo necesario para asegurar algunas de las hipótesis.
Probablemente sea insuficiente todavía el conocimiento que se tiene del cerebro y de los procesos del pensamiento. Aun así, la lógica del ensayo, la estadística y la experiencia individual sumada a las averiguaciones que se puedan hacer en los bancos de datos informáticos y escritos dan por tierra con la campaña anti-enteógenos (plantas que sacan el dios que vive en el seno del individuo)
La libertad del individuo no es otra que la opción de cambio y evolución de toda una sociedad ya que de lo repetido y estándar nunca saldrá la novedad sino de lo exótico y distinto, el agente extraño, que viene aquí desde un verde natural y profundo.
La imagen pertenece a Galería de Quilombo – Samuel
07/25/2010
[…] al adelanto, la tendencia a la legalización y el hecho que ya se haya despenalizado en muchos países el consumo, mostrando una inteligencia […]
08/22/2010
[…] quienes no lo conocen, Chris Conrad es un ferviente activista en la lucha por la legalización de la marihuana con fines terapéuticos y medic…. Autor del libro “Cannabis para la salud” y fundador de la Business Alliance for Comerce in […]