La Marijuana y el Hachís a través de los tiempos
El Club del Hachís es un raro y curioso libro que lleva el nombre del grupo de bohemios y artistas franceses que, a finales del siglo XIX, se reunía para consumir esta sustancia. El verdadero club desapareció, pero el libro recoge algunos textos de esos y otros autores que hacen referencia a la marijuana o al hachís. Publicado por la editorial Miraguano, en la colección Libros de los malos tiempos, y coordinado por José J. Fuente del Pilar, quien se encargó de buscar, seleccionar y agrupar este interesante y extraño conjunto de textos.
Entre los autores que escriben sobre estas sustancias se encuentran:
Heródoto, ya antes de Cristo, habla del cáñamo con el que los tracios se hacían hermosos trajes como de lino, y menciona la costumbre de los escitas de arrojar sus semillas al fuego para inhalar sus vapores, práctica que les producía una gran euforia.
Charles Baudelaire habla de cómo la marijuana y el hachís crean una divinidad interior en las personas, “un espíritu desenfrenado que circula alrededor de las piernas hasta la mente”, y menciona que el buen hachís sólo se obtenía del cáñamo que llegaba de Egipto y la India. Al parecer se obtenía mezclando una cocción de este cáñamo con un poco de mantequilla y cierta cantidad de opio. Su aspecto era como de una confitura verde muy aromática, que se tomaba mezclando una cucharada con el café. “Tomad una cucharadita y ganaréis la felicidad”, nos dice Baudelaire. Con su maestría poética hace, además, una larga y detallada descripción de los efectos que producía este hachís, tan distinto al que hoy conocemos. “Os reiréis de vuestra estupidez y locura, vuestros compañeros se reirán de vosotros, y nada tomaréis a mal porque sois pasto de la más absoluta benevolencia”. Aunque hable maravillas de sus efectos, cabe destacar que Baudelaire abandonó el Club del Hachís, renegando de su consumo y eligiendo en su lugar el vino, proceso que explica en su obra Los paraísos artificiales.
Alejandro Dumas, en la segunda parte de Simbad el marino, escribe sobre un personaje de las tierras árabes, Alí, que ofrece a Simbad y a Franz una copa de plata llena de una pasta verde que describe como “la ambrosía que Hebe servía a Júpiter”. Esta misteriosa sustancia, a la que llama hachís, se tomaba de una pequeña cucharilla, como si se tratase de mermelada, con mucho cuidado porque el viaje era importante. Alí les dice: “Probad esto y se evaporarán los límites de lo racional y accederéis a los horizontes de lo infinito (…) Probad esto y en una hora seréis rey, pero no de un reino miserable arrinconado en Europa como Francia, España o Inglaterra, sino soberano del mundo, del universo, de la creación”. Alí se ríe cuando Franz lo prueba por primera vez y se queja porque el sabor le parece asqueroso, y le dice que las cosas buenas de la vida como el té o las ostras, nunca le gustan a uno a la primera. El capítulo incluye también la resaca de Franz al día siguiente que, al parecer, no era cosa de broma.
El libro también recoge unos interesantes textos de Antonio Escohotado, profesor de Filosofía en la Universidad de Madrid, quien ha realizado numerosos estudios sobre las drogas en la época clásica. Habla de los orígenes de la marijuana, que se remontan al 4000 aC en China. Allí veneraban la planta como fuente de vida y felicidad, y consideraban que su consumo agilizaba la mente, otorgaba salud, valor y un gran aumento de la potencia sexual. A través de los tiempos se han documentado gran variedad de usos en civilizaciones distintas. Los usos más comunes eran la aspiración de vapores y la ingestión oral, y la descripción documentada de sus efectos se parece más al LSD que al hachís que hoy en día conocemos.
Celtas, griegos y romanos consumían hachís y marijuana por estos métodos, tratando el cáñamo original con recetas hoy perdidas, y todos coinciden en que sólo los ricos podían permitírselo ya que únicamente se conseguía en Egipto y era muy caro traerlo, aunque legal. Aunque también se ha usado durante siglos como material téxtil. No fue hasta que el cristianismo triunfó e impuso su supremacía que la marijuana, el hachís y otras sustancias de origen pagano fueron cada vez más criticadas, demonizadas y, por consiguiente, ilegalizadas. En Egipto fue legal hasta finales del siglo XIX, en plena actividad del Club del Hachís, que recibió esto con las manos en la cabeza (excepto por Baudelaire, que lo apoyó, fiel a su botella de vino y renegando del hachís), aunque tanto la marijuana como el hachís tenían ya gran cantidad de detractores que provenían casi todos de los círculos católicos, entonces mayoritarios.
En el siglo XX la marijuana y el hachís vivieron en las sombras por muchas razones que nada tenían que ver con la salud o la medicina hasta que llegó la década de los sesenta, entonces Sudamérica se convirtió en principal productora de marijuana por toda una década, tomando el relevo de lo que había sido el místico y antiguo Egipto para estas cuestiones. Aunque Norteamérica no tardó en ocupar ese puesto y mantenerlo hasta la actualidad. En lo referente al hachís, sólo Afganistán, Pakistán y Marruecos siguen produciendo para todo el mundo, aunque existen excelentes variedades asiáticas que rara vez salen de sus fronteras y, cuando lo hacen, acaban en Estados Unidos o en Australia, pero casi nunca en Europa.
El Club del Hachís es una excelente lectura, muy recomendable para tener una visión de la transformación que han sufrido la marijuana y el hachís a lo largo de los tiempos: Cómo han ido evolucionando en su aspecto, en las formas de consumirse, en los efectos, en las leyes que los regulan… y todo esto llega del puño y letra de grandes personalidades de la historia. Después de leer el libro uno tiene la sensación de que hablan de otras sustancias, pero la realidad es que hablan de la misma marijuana que todos conocemos, sólo que tratada con unas recetas distintas, muchas de ellas ya perdidas. Esta divertida y curiosa lectura sirve, además, para fomentar la tolerancia hacia la marijuana y el hachís, y hacerles el sitio que se merecen en nuestras sociedades, pues han estado aquí desde tiempos inmemorables.
04/18/2010
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: El Club del Hachís es un raro y curioso libro que lleva el mismo nombre del grupo de bohemios y artistas franceses que, a finales del siglo XIX, se reunía para consumir estas sustancias. El verdadero club desapareció, pero……
04/19/2010
Gracias por la recomendación. Tiene buena pinta el libro. No está mal saber la historia de la maria.
Saludos
l3utterfish
04/10/2011
[…] Portland, Estados Unidos, se inauguró hace un par de años un bar en el cual el consumo de marihuana con fines medicinales estaba liberado. Allí funciona una especie de mercado al pormenor, en el […]
02/25/2014
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