[1]El cultivo de interior de marihuana [2] tiene muchas ventajas comparado con el cultivo de exterior. Además del hecho obvio y evidente de que la cosecha de marihuana permanece oculta a ojos de terceros, es posible controlar completamente las condiciones ambientales para obtener los mejores de nuestras plantas de marihuana. Nos ayuda a controlar las plagas y enfermedades mucho mejor, aunque también es cierto que no tendremos a nuestra disposición a los depredadores naturales de parásitos que se encuentran en la naturaleza. Como desventaja señalar que la producción por planta no alcanzará las cuotas que en el cultivo de exterior podemos lograr.
Las plantas de marihuana que crecen en interior no lo hacen de la misma forma que sus análogas que lo hacen al aire libre. Normalmente los tallos no son tan gruesos y fuertes, y puede que necesiten ayuda en algunos momentos para mantenerse erguidos con ayuda de un palo tutor, pero por otra parte tendrán la misma o más resina y THC en el cultivo de interior.
Las plantas que crecen en interior necesitan aire fresco y renovado, así que la habitación debe ser ventilada con frecuencia. Debemos vigilar el aire que entra en nuestro cultivo, y asegurarnos que no traiga consigo insectos perjudiciales para nuestra marihuana si tenemos de campos cercanos.
Debemos proporcionar a nuestras plantas un mínimo de ocho horas de luz al día, aunque en fase de crecimiento podemos llegar hasta las 18 horas de luz diarias. Esto se debe a que a medida que aumentamos el periodo de luz, las plantas crecen más rápido y la proporción de plantas hembra aumenta. Dieciséis horas de luz por día parece ser la mejor combinación dependiendo de la variedad. Una técnica probada por algunos cultivadores con éxtio consiste en interrumpir el ciclo de oscuridad con una hora de luz, lo que parece dar más plantas hembras.
Las paredes de su habitación o de su cuarto de cultivo [3] deben ser blancas o estar cubiertos con algún material reflectante [4] como el aluminio, el Foylon o el Mylar para reflejar la máxima cantidad de luz posible, y hacer que la marihuana de nuestro cultivo de interior [5] reciba la luz de manera uniforme por toda su superficie.
Las luces deberían ser de bombillas o tubos fluorescentes. Una medida mínima sería una bombillas de 75 vatios por planta. Aunque con bombillas de 400 vatios o más son las ideales para maximizar la producción. Las fuentes de luz debe estar separadas de las plantas medio metro. Pueden ser montados en un bastidor o un soporte e ir variando la distancia conforme las plantas crecen.
En época de floración o para forzar que comience, deberemos rebajar las horas de luz al día a u máximo de 12.