[1]El cannabis es una planta muy resistente. La mayoría de las plagas del cannabis [2], si no se hacen muy fuertes, no son capaces de matar a las plantas de marihuana, aunque las debilitan mucho. En general, cuando se procede a cultivar cannabis para fumar, se pretende que tenga el menor número de bichos y parásitos posible. El principal problema consiste en que tenemos las manos atadas a la hora de combatir las plagas, ya que nos pensamos fumar la cosecha de marihuana.
Si fumigamos las plantas de marihuana [3] con insecticidas que sean capaces de matar las plagas del cannabis, tendremos el riesgo de dañar nuestra salud al liar un porro de marihuana y fumar cogollos con restos de veneno. Por esta razón, las plantas de cannabis sólo se fumigan durante el período de crecimiento. Una vez que ha comenzado ola floración de la marihuana, y comienzan a nacer los cogollos, no se debe fumigar con ningún insecticida. En cualquier caso, y si es absolutamente necesario fumigar durante la floración, hay que encontrar un insecticida adecuado para el tratamiento de las cosechas de marihuana destinadas al consumo humano.
El cuidado de las plantas de cannabis frente a las plagas difiere bastante según se trata de un cultivo de exterior [4] o un cultivo de interior. En el exterior, las plantas de marihuana se mantienen bastante sanas gracias a la fuerzas de la naturales y a los predadores existentes. Aunque la mayoría de las plantas mostraran signos de ataques de varios insectos, normalmente estas plagas de cannabis no crecen ni se desarrollan mucho, ya que otros insectos predadores se las can comiendo y no dejan que crezcan demasiado. El viento, la lluvia y el frío también ayudan a mantener la población de bicho bajo control. En los cultivos de interior, es imposible no tener ni un solo bicho, los insectos populan por doquier y alguno llegará a la planta de cannabis, aunque no es probable que afecta demasiado a la cosecha.