Cuando un neófito se acerca a la interacción quimico-cerebral resultante del consumo de una planta poderosa como el cannabis [1], la expectación de lo que vendrá, puede ser de muy variada índole.
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Si bien es cierto que la vivencia psíquica al consumir marihuana es muchas veces intraducible, porque la realidad se resuelve desde otro procedimiento (o desde un lenguaje madre no-consciente), también es verdad que se puede dar una descripción bastante concisa de la experiencia.
Los mal informados que se introducen por vez primera en este “nuevo mundo” canábico, cuando no aterrados, estarán pendientes de ver las transformaciones físicas que suponen están implícitas entre los efectos “distorsionadores” de la realidad.
Esperan, por ejemplo, sensaciones espectaculares como sentirse flotando, vértigo de grandes velocidades o aguardan involucrarse en largas conversaciones con seres mitológicos inexistentes.
De cualquier forma se tratará de una presunción de lo que será “el viaje mental” que proporciona la yerba, y el grado de acierto depende de la información genuina que el psiconauta novato haya adquirido en instancias previas.
Por esta razón es que algunos se sienten desencantados después de las primeras “pitadas” o “viajes”, o simplemente no notan el cambio mental porque asumen que no hace efecto y creen estar “igual que siempre”.
Debe recordarse, sin embargo, que al tratarse los canabinoides [3] de un modificador del estado de conciencia, difícilmente exista un proceso idéntico. Sería entonces erróneo decir: “Te va a pasar tal y tal cosa”. Esta incertidumbre que topa con la subjetividad de cada uno al iniciarse en el disfrute del cannabis, se debe a la intervención del cannabinoide en sistemas complejísimos en los cuales un mínimo cambio de signo da un resultado diferente para el resultado de toda la función.
La interpretación de patrones vibratorios o cuánticos, que es la esencia física y psicológica de la realidad, es una yuxtaposición de patrones. La percepción del mundo es el resultado de un efecto entre el decodificador y el mensaje. Una forma nueva de leer, ayudado por el nuevo prisma de la marihuana y las sustancias psicoactivas, es aquí una interpretación nueva del mundo y de las relaciones dentro de este nuevo mundo.
En este punto, comprendiendo la infinita diversidad de estados posibles de percepción, sólo podemos observar muchos experimentos y sacar luego conclusiones desprendidas de valores estadísticos.
Los efectos fisiológicos de la marihuana son también variables, dependen siempre del organismo, y tiende a producir sequedad de boca, apetito, y que los sabores se sientan más nítidos y penetrantes. Se come con mayor avidez y se disfruta más la comida. Pueden experimentarse ansiedad y emociones fuertes. Las primeras administraciones desencadenan, en algunos organismos, vómito y un mareo leve.
Respecto a los cambios en la percepción de las cosas, aunque no lo parezca, la simbiosis hierba-mente en el caso de la marihuana, mueve estructuras de base en la captación del universo perceptible. El cambio en la recepción de un color o de una nota no es una modificación puntual, si no que cambia todo el marco de referencia y cambia el entorno espaciotemporal donde se desarrolla la escenografía de los sentidos intuitivos. Es en estas variaciones de la percepción de la realidad donde las diferencias entre los efectos de las distintas variedades de la marihuana se hacen presentes.
Ahí radica la dificultad de explicar tales sensaciones producidas bajo los efectos del cannabis. Un mismo objeto puede ser “comprendido” de diversas formas. La nueva lectura, orquestada por la asociación de sustancias vegetales y encefálicas, da prioridad a ciertos signos distintos de los que el estado de conciencia ordinario considera sobresalientes. Los redondeos sensitivos tienen otro ritmo y por lo tanto, la atmósfera es la nueva, aunque los objetos y sujetos se embadurnen de la novedad.
Si existen varios usos médicos del cannabinol a nivel fisiológico (tratamientos que están por llegar en problemas de respiración y asma, e incluso se ha experimentado con él para combatir la producción de células cancerosas), nunca debe desestimarse el factor psicológico. La acción psicoactiva de la marihuana puede ser un canal de investigación de la mente y más aun, del componente mental como protagonista de la realidad.
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