En este artículo vamos a hablar más de los esquejes de marihuana. Ya lo hicimos en Esquejes y Clonación ¿qué es y para qué sirve? [1], donde explicamos qué es un esqueje de marihuana, y como nos podemos beneficiar de la técnica de clonación por esquejes de cannabis.
Una de las principales premisas a seguir para obtener unos esquejes viables es la de no dejar a que la planta madre llegue a florecer. Para ello, en el cultivo de interior debemos mantenerla con unas 18 horas de luz del día, y tenemos que elegir las plantas madre que tenga por lo menos dos meses. Si cogemos nuestros esquejes de una planta demasiado joven o en estado de floración, puede ser que no acaben dando clones viables, ¡y que estos se mueran!
La planta madre que escojamos, ha de ser una planta de marihuana fuerte y potente. Así es como obtendremos unos esquejes buenos, capaces de darnos un cannabis clónico tan bueno como la planta madre. Para dejar que crezca lo suficiente sin arriesgarnos a que florezca debemos mantener las 18 horas de luz al día,la suficiente cantidad para evitar que pase a floración.
Hacer esquejes reduce el tiempo de maduración de la cosecha. Un esqueje de un mes que procede de una madre de cuatro meses tiene una edad de cuatro meses y, como ya conocemos, las plantas maduras producen más cannabinoides. Es curioso el hecho que los esquejes fuertes y bien iluminados crecen más rápido y son más resistentes a plagas y enfermedades, pues para cuando la plaga pueda llegar a niveles que pongan en peligro a la planta, nuestro ejemplar que fue un esqueje habrá llegado ya a la etapa de poda.
Si hemos obtenido los esquejes de una planta en flor, desarrollarán las raices rápidamente pero terminará estancándose una tiempo (un mes o más) para volver al estadio vegetativo que hará que comience a desarrollar de nuevo sus tallos.
La clonación tiene un impacto radical para la planta: un esqueje pasa de ser el extremo de una rama cortada a una planta que, a partir de ese momento, tendrá que desarrollar raíces. Para que se desarrolle un buen sistema de raíces, los tallos han de tener una concentración alta de carbohidratos, y baja de nitrógeno. Un aporte extra de fertilizante rico en potasio (K) y pobre en nitrógeno (N) ayudará en gran medida. Tambié podemos ayudar a la planta a reducir los niveles de nitrógena livixificando el medio, es decir, hemos de regar con agua abundante de modo que haremos salir los nutrientes del medio de cultivo mediante el drenaje que tendrá el mismo. Para que esta acción sea efectiva, el medio de cultivo donde plantamos los esquejes ha de estar tener un buen sistema de drenaje que evite que no se produzca encharcamiento.
Además de esta medida, podemos favorecer el aumento de la concentración de carbohidratos en nuestros esquejes incidiendo en la planta madre antes de la poda. Lo que haremos será vaporizar la planta de cannabis durante tres o cuatro días con agua limpia y tibia. De esta forma conseguimos una alimentación foliar inversa que desplazará los nutrientes desde las hojas, especialmente el nitrógeno y se favorece así la formación de carbohidratos. Veremos cómo las hojas de marihuana se hacen pálidas y reducen su crecimiento, pues el nitrógeno se está utilizando para sintetizar carbohidratos. Si una rama es rígida y se dobla rápidamente al presionarla es porque tiene un alto contenido en carbohidratos.
Los atomizadores o vaporizadores no deben utilizarse en la etapa de enraizamiento del esqueje.